La caseta de vigilancia

Tres soldados, en tres siglos diferentes (1889, 1981 y 2023), se enfrentan al aburrimiento, la corrupción y el terror psicológico dentro del mismo puesto de guardia militar, confrontados por el ciclo asfixiante de violencia e inutilidad de la maquinaria del Ejército Brasileño.

Atrapados en el tiempo, tres soldados —en 1889, 1981 y 2023— se enfrentan al aburrimiento, la corrupción y el terror psicológico dentro del mismo puesto de guardia militar. Tres épocas, un mismo miedo: el ciclo interminable de violencia del Ejército Brasileño.

Largometraje de ficción (duración estimada de 90 a 110 minutos)

La historia se narra desde la perspectiva de tres personajes en diferentes épocas, cuyas vidas se alternan y se fusionan, actuando como un único cuerpo social e histórico.

Oliveira (2023): Soldado de 22 años. Ansioso y desesperado. Está en el Ejército como única fuente de ingresos para su familia. Su conflicto es la presión social (dinero, familia, estatus) y la corrupción (tráfico de armas dentro de la base), utilizando su teléfono celular como escape de la realidad y fuente de angustia.

Dos Santos (1981): Soldado de 19 años. Agotado y afligido. Su lealtad se rompe cuando es humillado y se le prohíbe asistir al funeral de su madre. Su conflicto es el autoritarismo opresivo de la dictadura y la soledad extrema, buscando refugio en la música.

Ramos (1889): Soldado de 37 años. Traumatizado y aburrido. Excombatiente de la Guerra del Paraguay, lidia con el aburrimiento posmonárquico y revive las atrocidades que cometió en nombre de su país, cuestionando el propósito de su vida.

El proyecto se basa conceptualmente en la intersección del terror psicológico con la crítica social e histórica, explorando la claustrofobia, el colapso mental y la persistencia de la violencia autoritaria.

Referencias cinematográficas (tono y estética):
El hijo de Saúl (László Nemes, 2015) – Encuadre y claustrofobia – Inspiración para el uso de primeros planos y el enfoque constante en los protagonistas, que transmiten la sensación de asfixia, aislamiento y la imposibilidad de escapar del trauma.

Sin país para viejos (Coen, 2007) – Tensión lenta y minimalista – Referencia para crear suspense prolongado e inmersión en momentos de aburrimiento y silencio, donde la amenaza no se ve, sino que se siente, reforzando la atmósfera de terror psicológico.

Gótico (Ken Russell, 1986) y Repulsión (Polanski, 1965) – Terror surrealista y colapso mental – Influencias para representar el deterioro mental de los soldados, con el uso de distorsiones visuales y sonoras (la niebla, la torre de vigilancia que se estrecha, las visiones de los muertos) que difuminan la línea entre la realidad y la locura.
Ven y Mira (Elem Klimov, 1985) – Brutalidad y Experiencia de Guerra – Base para la inmersión en la violencia histórica (como el trauma de Ramos en la Guerra del Paraguay), utilizando la cámara para reflejar el horror en los ojos de los personajes.

Ruido Distorsionado – Lima (La Voz) y el Teléfono – El sonido del teléfono (modelo antiguo) y la voz fantasmal de Lima se tratarán como un elemento de terror sobrenatural, similar al tono de distorsión de frecuencia presente en juegos como Silent Hill, que actúa como desencadenante de ansiedad y amenaza. Banda sonora – La Voz de Brasil y la música popular – El uso contrastante de la música marcial (guaraní) y los discursos arrogantes de La Voz de Brasil con canciones de añoranza y duelo (como la canción de la madre de Dos Santos), subraya la oposición entre la maquinaria militar y el drama humano.
La mirada (Ventana indiscreta) – Vigilancia y envidia social – El puesto de guardia como punto de observación para los soldados sobre la vida "normal" de los civiles (la pareja que discute, los niños), intensifica el aislamiento y el resentimiento social de los protagonistas. Aunque los soldados en el puesto de guardia ven muy poco debido al muro, escuchan todo lo que sucede más allá del hormigón.

En un ciclo aterrador y atemporal, el puesto de guardia de una gran base militar brasileña sirve de escenario para la soledad y el terror psicológico de tres jóvenes soldados, separados por siglos.

En 2023, Oliveira, presionado para mantener a su familia en la favela, lidia con la ansiedad, la falta de perspectivas y la corrupción del cuartel, mientras ve las noticias de un intento de golpe de Estado en su celular y se debate entre el aburrimiento y la tentación. En 1981, a Dos Santos se le prohíbe asistir al funeral de su madre, siendo humillado y obligado a custodiar el muro en medio de la histeria de la dictadura y las noticias de los atentados. En 1889, Ramos, sin nada que hacer tras la Proclamación de la República, busca distraerse tallando el tronco de un árbol, pero se enfrenta a los traumas de la Guerra del Paraguay.

A medida que la niebla y la distorsión temporal invaden los puestos de guardia, cada uno a su tiempo, el aislamiento de cada soldado se transforma en una claustrofobia mortal. Reviven sus traumas, atormentados no por fantasmas, sino por la persistencia de la violencia y la presión del Ejército brasileño. La historia culmina con un intento de suicidio, que expone el costo humano del autoritarismo y la soledad masculina.

Terror psicológico / Drama histórico

16 años. Debido a los temas de suicidio, violencia explícita, referencias sexuales, autolesiones y contenido político sensible.

Jóvenes adultos: Personas interesadas en películas de género con un fuerte componente político y social, especialmente aquellas que valoran obras sobre masculinidad tóxica, salud mental e historia militar brasileña.

LA GUARDIA trasciende el género del terror al posicionarse como un comentario urgente y necesario sobre la salud mental masculina y la persistencia del autoritarismo en la historia brasileña.
La película ofrece una aproximación a temas tabú en Brasil:
1. Crítica de la soledad y el suicidio masculino: La narrativa expone la presión social, la represión emocional y la falta de apoyo psicológico que llevan a jóvenes (como Dos Santos y Oliveira) al colapso. La película es una advertencia dramática sobre la urgencia de las políticas de salud mental, especialmente en entornos altamente rígidos, como el militar.
2. La inutilidad de la maquinaria militar: Al retratar el aburrimiento, la corrupción y la violencia arbitraria (como la de Ramos o Lima), el proyecto cuestiona la función social y la utilidad del Ejército brasileño, haciéndose eco de las críticas históricas al papel de las Fuerzas Armadas en tiempos de crisis y golpes de estado (1889, 1981, 2023). 3. Terror histórico atemporal: La película utiliza la distorsión temporal para argumentar que los traumas del autoritarismo y la violencia no se resuelven, sino que se repiten. El puesto de guardia no está atormentado por fantasmas, sino por la memoria institucional de la violencia que asfixia a generaciones de soldados.

El enfoque se centrará en el minimalismo sensorial para maximizar el impacto psicológico:
• Claustrofobia cinematográfica: La dirección utilizará encuadres cerrados (en referencia a El hijo de Saúl) y largos periodos de silencio y aburrimiento para sumergir al espectador en la angustia de los soldados.

• Ruido como horror: El terror se construirá predominantemente a través de elementos auditivos: la voz sarcástica de Lima al teléfono (la personificación de la institución) y la yuxtaposición de noticias políticas distorsionadas (A Voz do Brasil) con la intimidad de los personajes.

• Triple estructura temporal: La alternancia entre 1889, 1981 y 2023 no es un mero recurso estético, sino el motor del terror, donde el Cuerpo de Guardia y sus manchas de sangre actúan como un punto fijo que demuestra que el sufrimiento del pasado es el terror del presente.